Por lo demás los objetivos son comunes... en princiopio asegurarse la subsistencia y a partir de ahí lo que se conoce como el "bienestar" propio y de la familia, si fuese el caso.

La diferencia radica en cómo este (gran) detalle se consigue.

Los del "del" lo tienen sin duda más fácil, incluso mucho más fácil, que los del "en".

Los del "del", es decir los que viven (y cobran) del sistema, en general, salvo las excepciones de siempre, no están sometidos a las exigencias y avatares que exige el sistema. Su funcionalidad en le puesto de trabajo es, harto usual, más bien presencial, en muchos casos testimonial, desde el punto de vista de que la actividad a desarrollar en un día laboral cualquiera, se reduce con frecuencia a que alguien se percate de que su persona está presente en el lugar donde desarrolla su "actividad" o posible actividad, que en muchos días se reduce a cero... o más o menos...

Rentabilidad o Eficacia, conceptos estos en cierta forma parejos, es en realidad lo que menos preocupa, amén de los objetivos a alcanzar, reducidos estos, en muchas jornadas laborables (es decir días en los que se "labora" - "trabajar" en roman paladino-), a mirar el reloj y esperar que lleguen las 14.30 H. que es cuando los "del" sistema, abandonan "in misecorde" su puesto de trabajo o (en algunos caso) su puesto presencial.

Al final de mes (el denominador común para los del "en" y los "del") los del "del" van a cobrar si o si. El patrón, el Estado, entelequia afín en cuanto a mentalidad laboral próxima a los del "del" (poca o ninguna eficacia, poca o ninguna rentabilidad) les pagará la nomina sin rechistar, sin preocuparse de las prestaciones u otras "tonterias" por el estilo... que de hecho a nadie del entorno interesa.

Así pues este grupo, en cierta forma de privilegiados laborables, no sometidos a las zozobras del empleo, a la amenaza del cierre de la empresa, del paro, de tener que hacer horas extras no remuneradas, de tener garantizado un sueldo.... tienen sin duda todas las cartas para llevar una vida más placentera, la que otorga la seguridad y ausencia de preocupaciones laborables propias de vivir "del" sistema y de tener un Jefe (el Estado) que contradictoriamente gestiona y comparte a su vez los privilegios y facilidades de poder vivir "del" sistema.

Los del "en" lo tienen más crudo. Aquellos los que viven inmersos "en" el sistema, quienes cada mañana se desplazan, como los del "del", aunque a fabricas, oficinas, granjas, etc.

Estos en los que eficacia, rentabilidad y objetivos están a la orden del día. Si este trinomio no funcionan llegan las congojas y zozobras existenciales del final de mes, ¿cobrará, no cobrará...? ¿cerrara la empresa...? ¿Donde y como se pueden encontrar nuevos temas, nuevos proyectos, nuevas fuentes de ingresos,,,,? Los pensamientos vuelan en dirección familia, subsistencia, bienestar, no garantizados por ninguna empresa a menos de que esta funcione, de que rentabilice su actividad, de que sus empleados consigan obtener beneficios o por lo menos cuadrar las cuentas, con jornadas que no terminan a las 14.30 h. sino a la hora que haga falta sea en el puesto de trabajo (que en ningún caso es "presencial" o de mirar la hora para salir el primero) o desplazado en algún lugar del planeta... aparte de los problemas y trabas (en forma de pegas o burocracia) que los del "del" se empeñan contradictoriamente en poner a quienes en realidad son los que posibilitan su estatus

¡... y cuidado con no pagar lo que los "del" sistema en forma de impuesto y gravámenes exigen... ya que esto puede tener consecuencias serias para los concernidos (empresas y contribuyentes)...!

Evidentemente es conocido, palpable, existe otro "sector" de la sociedad que no se encuadra ni en un bando ni en el otro. Unos voluntariamente y como modernos trogloditas lo que persiguen es sobrevivir, ser felices y procrear a discreción... Ni derechos (¡... aunque algunos si tienen...!) ni deberes...

Otros los auténticos marginados del sistema, los que el sistema expulsó de sus filas, aquellos quienes por su situación han renunciado hasta a ellos mismo, en muchos caso incluso a su dignidad de persona y que con tal de tener un rincón en una calle y algo que llevarse al paladar dan por concluida sus obligaciones consigo mismo y consecuentemente con el resto del planeta. 

¡Y Vd. Señor/a mío/a ávido/a de emociones y de bienestar citadino...! ¿En qué bando, en que grupo se afiliaría, en que sección se apuntaría como miembro/a en pos de un mundo mejor...?

¡... Pues natural, claro como el agua...!