Es una aberración de que personas sin experiencia profesional ni formación adecuada, sin la mentalidad pragmática necesaria en tales puestos, sin saber incluso lo que es cobrar una nomina basada en la competitividad y eficacia... sino mas bien en preparar estrategias para atraer votantes, confeccionar discursos para atacar al o los partidos competidores, pasar por el hemiciclo de los diputados o del Senado para asistir o dormitar en alguna sesión.... y poco mas, que pasen de ser el equivalente del ciudadano de a pie, ese que pasa por delante de su casa vociferando y contando historietas, a quienes por obra y gracia de la política se le encumbra ni más ni menos que a director general de esa gran empresa, que en sí mismo es una Nación, una Comunidad o una Ciudad

¿Que es lo que ocurre una vez consumido el disparate...? Pues lo habitual en estos casos: la bisoñez profesional, la ausencia de experiencia y conocimientos en las diferentes materias se intenta compensar con el concurso de cientos de asesores de todo tipo, que se traduce de inmediato en el típico despilfarro del dinero... ajeno (es decir de los contribuyentes). Acto seguido nombran a un grupo de colaboradores, también conocidos por el apelativo de ministros, que salvo error u omisión presentan las mismas características  de quien los designa: ninguna o poca idoneidad con el cargo

En definitiva nos encontramos con que una tarea tan importante, esencial para los ciudadanos, como la dirección y gestión de la Nación, una tarea propia de profesionales, se "entrega" a aficionados y burócratas, cuando la realidad actual requiere precisamente lo opuesto a estos perfiles

Resultados: los que todos conocemos... y en general sufrimos

¿Es que a estas alturas de la historia algunos dudan de que un País, una región, una comunidad, una ciudad, un pueblo no es similar a una gran empresa y que esta debe ser gestionada con mentalidad profesional...?

La Historia muestra los desastres de todo tipo a lo que ha conducido el hecho de estar regidos por políticos, militares o ideólogos más preocupados por imponer sus criterios más bien "etéreos" (ideologías o radicalismos) que por el bienestar o los intereses de los ciudadanos. Jefes de empresas, con mentalidad más pragmática, seguramente no hubiese lanzado y llevado a las países a las situaciones catastróficas conocidas

¡Echen un vistazo al Congreso de los diputados ...! Casi cuatrocientos aforados/as....

¿Para qué se necesitan tantos si son unos cuantos los que en realidad llevan la voz cantante...? Parece ser que para rellenar espacio y cobrar cada mes generosamente del dinero de los ciudadanos, sin dar apenas golpe.

¡Es por eso que "hay tortas" para situarse en un buen lugar en las listas electorales! Si se está entre el numero de los elegidos, se garantizan un buen sueldo por vegetar en el Congreso u en otros foros en los próximos cuatro años... aparte de los chanchullos que la condición de diputado les puede generar... y beneficiar.

¿Y qué ocurre cuando un político o sindicalistas (que estos también se las traen...) se mete a banquero...? Es el caso de las Cajas de Ahorro u otras instituciones...

¡Pues eso como no saben gestionar y además se trata del dinero de los demás... se vuelven capitalistas redomados (independientemente de su ideología y de lo aquello "predican" en sus discursos a las masas), algunos incluso "meten" la mano en la caja y se lo meten en el bolsillo.

¡Y no digamos los que forman parte del elenco de organizaciones internacionales como la Unión Europea, OTAN y sobre todo la ONU, posiblemente el mayor nido de parásitos y desoficiados mejor pagados del planeta...!

En estos lugares la burocracia llega al paroxismo de lo inverosímil: decisiones (si es que estas se toman o se ponen de acuerdo) que en muchos casos llegan tarde y mal, estrategias de grupos para imponer criterios (que no siempre son los idóneos), personas que no reúnen en absoluto los criterios para desempeñar tales cargos, etc.

Pues eso entre los políticos ineficaces que nos gobiernan y una ingente cantidad de funcionarios (con el puesto asegurado) que burocratizan y consecuentemente ralentizan el funcionamiento del país, queda más o menos dos tercios de la población (con el puesto no asegurado) que son realmente quienes les pagan y contradictoriamente quienes los sufren...

¡Como decía el otro: Todo sea por la Patria...! 

.