“¡Buenos días Señor mio…!” Se dirigió el transeúnte al piloto de a bordo.  

“¿Me podría Vd. indicar la calle que estoy buscando...?”.

“¡Naturalmente, naturalmente…!” respondió el otro más contento que unas Pascuas…

Se notaba que estaba ufano, propenso que era el a esos achaques matutinos,

“Pues mire… la calle que Vd. busca... está, debería estar cerca de aquí ya que…”

Después de hora y media leyendo las instrucciones de servicio y de algún que otro rifi-rafe ciudadano, convencido de lo que se traía entre manos, emplazó a la audiencia a un nuevo debate

“¡Solo tiene que seguir derecho, sin parar y…!”

“¡Pues sí, Pues si….! “Respondió el otro dándose por aludido, sin pestañear, sensible y receptivo como era el a tales manifestaciones permitidas en la vía publica.

Se había preparado a fondo. Se notaba que era un ganador nato, ya incluso desde los albores de su más tierna infancia. Se saco las manos de los bolsillos…

“¡Por fin, por fin…!”Dijo el otro en un acto de efusión parlamentaria y atención al ciudadano, “¡Esto ya es otra cosa...  ahora si, ahora sí que soy feliz “!

“Permítame a question, Mein Herr, ¿Do you es un beduino?” 

“¡A very good question…. Si señor  a very good question..!  respondió el otro sin sentirse aludido por el envite.

“¡Vamos a ver… vamos a ver si nos aclaramos... en principio hemos de dilucidad si su señoría es un beduino o no…!   If yes pulse one, if no pulse two…”

“¡Gracias Sir...!” respondió el de la capa y espada, intentando pasar desapercibido tras el sombrero de tres picos

¡Que contento se encontraba aquel día...!  Allí en medio de la urbe con un transeúnte que ni el mismo sabía lo que era, ni donde estaba, ni por qué, como ni  cuando…y lo mas grave..ni de que manera.

Era un placer. La gente, la chusma, pasaba indiferente por aquí, allá, aculla, lejos, dentro, por, sin, son, sobre, tras….

“¡Veamos, veamos, falta alguna o están todas, ¡” Recapacitó retomando the question “¡…Sin, son, sobre, tras…!”

“Vd., Señor mío, es un Señor merluzo… ¿Sabia Vd. eso…?”

“¡Oh yes, yes, I am un merluzo, pues clagro, clagro...!”.Soltó el adversario por sorpresa, pillando desprevenido al contrincante que casi le cuesta la expulsión del terreno de juego…” ¡Pues clagro…!“Su acento asturiano le delataba….

“¡Oh yes, me un merluzo… pero a la bilbaína y con unas almejitas... que grico, es que yao soy grico, grico ...como Federico...!”

“Ahí le quería ver... por cierto… ¿como esta Frederic…?”

“Pues tirado a la Bartola, muy Agustín…”

“¡Ya decía yo que las malas compañías …mira que tirarse a la Bartola…!”

De pronto le asalto una duda, se le notaba triste y compungido. Pensaba en los seres queridos allí presentes, en los otros a los que quiso un día, a los que por cierto y al día de hoy los sigue queriendo...sacar de la casa ... ¡ya sabe tema de alquiler…llegan se aposentan y después a vivir…!

“¡Vamos a ver, vamos a ver…! “Harto como estaba del cocido madrileño  y de la situación aquella...      

“¡Y Vd...!  ¿Como se ha atrevido pararme…? Aquí en medio de esta calle… es indignante aquí con todo el público que nos contempla… ¡No está uno para firmar autógrafos…!

“¡Oh oui, oui, llevar mucha razón, mucha razón….!” Exclamó consternado como estaba por la situación única que le tocaba experimentar, el un experimentador nato, amante de los huevos fritos…

” ¡Oh la la…unos huevos fritos, con choricito del bueno… Oh, Ooohh...!”Exclamó de nuevo, visiblemente emocionado,  dándose golpes de pecho, entonando el mea culpa y  alzando los ojos, los brazos… lo que pudo, al cielo en señal de sumisión y acatamiento al sumo sacerdote….

“¡Por favor mío Signore…mis disculpas malagueñas… ha sido un error, una falta imperdonable encontrarle en esta calle…!”

“¡Nada, nada amigo mío…Buenos días tenga Vd! Le encuentro ahora en la calle de al lado …”

“¡Eso está mejor, mucho mejor...!” respondió el contertulio alborozado. Le abrazo, le beso efusivamente…hasta le metió la mano en el bolsillo…mas que otra cosa para averiguar si estaba vacío….

Ambos contentos, regocijándose en su interior, en su exterior, en los laterales y en le flanco derecho se dirigieron hasta su nuevo destino, situado allá en un horizonte lejano en donde los pioneros se abrían paso en la agreste pradera…

¡Pero eso querido mío es otra historia…!